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Mostrando entradas de 2012

Eso nos pasa, por... Indios!

Por indios pero en sí por creernos de mejor familia y olvidar nuestras raíces, por olvidar quienes somos, que proyectamos, que nos inculcaron  nuestra cultura, religión, a los que después de viejos se sienten notoriamente más orgullosos de mostrar una foto al lado de algún monumento... Eso si, al otro lado del charco pero que hasta miedo le da pisar algún barrio que no está donde el estrato y su imaginación se lo permite, porque existen lugares maravillosos pero donde esta la chusma que por supuesto debería existir un hoyo negro o un abismo... Abismal! Después con cara de a mi no me dijeron y ese trabajo era para hoy? Porque nos tratan como si aún andaramos en taparrabos, cuando se toca algún tema y lo señalan pensando que a ese lo bajaron con espejo del monte y lo peor no es el de afuera que nos trata así (ese ni nos trata) somos nosotros mismos que creyéndonos con títulos y/o medallas señalamos, crucificamos al desconocido y un poco más al conocido. Nos pisotean y tenemos un sello

Los nuevos inicios.

Siempre estamos comenzando algo, siempre… Y no hay nada más difícil, desprendernos de nuestra cotidianidad y porque no a la comodidad para enfrentarnos a lo desconocido  y más cuando los recuerdos nos persiguen en la retina. Con el rabito del ojo estamos sosteniendo ese contacto. Pensamos en que debemos desprendernos y nos cuesta. Casi siempre se termina dando porque es una necesidad, ante nuestra estabilidad ya sea emocional, física y espiritual, pero a veces sucede por capricho; como dirían las abuelas: “La buena vida cansa y la mala amansa”, porque siempre estamos pidiendo más, inconformes con la hora de trabajo, con la comida, con el salario, con las relaciones en la familia, cuando al final es un auto engaño, creer que todo y todos tienen un porcentaje en ese complot que nos armamos en la cabeza cuando el único culpable es… Usted mismo. Como culpar a otros de las malas acciones, es como las religiones, usted no necesita –convertirse- para ser un buen “cristiano”, esa buena perso

... Esa enfermedad.

Hablemos de esto como si estuviéramos yendo sentados o de pie (como sea el caso) en el transporte público, (preferiblemente no hora pico), después de un día agotador a casa, aún mejor un trayecto largo hacia lo que más quieres. Es ir viendo a través de la ventana, es ir observando cuanta cosa se nos pueda ocurrir, ese sin fin de detalles que se vuelven familiares, otros solo se perciben a diario y luego vuelven a desaparecer, pero lo terminamos recordando. Ahora, podemos referirnos  a los celos exclusivamente, producto del amor (desamor), es bien cierto que somos susceptibles, a cualquier cambio, somos como raza latina de sentir vibrante, emotivos, sensibles, sentimentales, somos una raza dada a la sutileza que aquello pueda resultar, pero cuando hacemos referencia de personas apasionadas de la mano vienen ligados aquellos sentimientos que como el amor o hasta el mismo odio nos muestran lo maravilloso que nos hacen percibir  y sentir el mundo. Los celos, es una mezcla extraña entre r

EL DINERO NO ES LA FELICIDAD… Pero, Como se le parece!

En un mundo como se nos presenta en la actualidad tan desigual, con diferencias tan abismales, en un país como el nuestro que se evidencia día tras día un señalamiento a las clases sociales, somos etiquetados bajo un estrato social, donde la etiqueta “rico” no define a la persona como educada, respetuosa y solidaria y el estrato bajo el “pobre” como aquél mezquino ser tratando de surgir de las porquerizas. Este tipo de señalamientos nos hace pensar en el ser interior, en esa estrategia, para actuar en el ahora sin depender de terceros, como este papel (o medio) que posiblemente aguante todo. El dinero con vergüenza pero sin poder negarlo representa para muchos una sintética felicidad, que queramos o no puede llevarnos muchas veces a la verdadera felicidad. LO dijo cantantado la diva de divas Marilyn Monroe: “Los diamantes, los mejores amigos de las mujeres” Y ¿Cómo negarlo? La verdad sea dicha. Existen relaciones que se les atribuye   la fría moneda, como la independencia,

Que pensaría.

Él se casa pensando, guardando la expectativa que la mujer algún día cambiará. Ella se casa pensando que él jamás cambiará… Que no se parecerá a la suegra, que cocinará y lo atenderá como la mamá, que será su cómplice como su mejor amigo, que lo excusará y dirá mentiras como su hermano y en general tendrá una etiqueta en la frente comprensiva y 100% disponible. Ella, que esa amorosa criatura será igual de consentidor al padre, igual de protector que los hermanos mayores, igual de dulce, dará consejos, satisfacer cualquier antojo, caminará de la mano enseñándole ver la vida de la manera más fuerte, pero igual en proporción delicada como su madre, y la apoyará y de vez en vez la incitará a mantener siempre su independencia como su mejor amiga. En conclusión: “Los matrimonios como los submarinos pueden flotar, pero están diseñados para hundirse”.

Solo un chiste...

Si quieres saber que tiene un hombre por dentro, toca tratarlos como galletas de la fortuna… Aplastarlos y hacerlos añicos. Y antes que parezca ultra feminista puedo mencionar, no sé puede negar lo innegable, cuando el individuo se encuentra en su momento más crítico es el justo instante en que el que puede revaluar exactamente sus prioridades. O sale a correr como vil cobarde o enfrenta sus inconvenientes. Opciones que se debaten entre hacer y parecer. Un verdadero imbécil, o como se dice coloquialmente saca y hace valer su casta. Señalar no es opción para nadie pero la ley de compensación es directa e implacable. Para calmar ánimos un chiste fino y muy “kiut”: “Una arepa quería ser astronauta y se metió a la masa”.

Y así... Los puntos suspensivos.

Mi pregunta.

Me miraste con el firme anhelo de encontrar en mi aún esa confianza, en tus pasos, palabras, acciones. Ponías en mis hombros el peso de la duda, mientras yo tranquilamente me ocupaba de mis asuntos. El de iniciar cada día con el ansia constante, de encontrar lo que se ha extraviado, de vez en vez me ocupo de trivialidades, y a la hora del almuerzo tengo exclamaciones a medida que avanza el noticiero. Tengo preguntas hirientes que no soy capaz de soltar, me auto censuro para evitar explicar y así, pasando los días veo con desazón como ese peso no disminuye; te pregunté una vez más…  Respuestas que no tienen relación alguna, como cuando le das la vuelta a la arepa en el sartén, te hinqué mis dudas, te insinué tu maldita traición, pero ocupado estabas… Distraído con historias, cuentos sin enseñanza, sin moraleja. Te mentí, una y otra vez… Me burle. Ya no serás parte de mis oraciones, ya no me aferro a promesas inexistentes, al tiempo que no me diste, a verdad y a mentiras. Dijeron: “Si

Vida.

Sales a la calle, en el andén… ¿Qué ves? Afanes, gritos, incertidumbre, alucinaciones, muerte, guerra, señalamientos, hambre, indiferencia, miedos flotando, malos entendidos, silencios hirientes, verdades a medias… Pero, ¿qué ves? Te resistes y… ¿Qué ves? Un hermoso cielo, tu vecino saludando, el perro corriendo, moviendo su cola, hueles el pan recién horneado, esperanzas, sueños, niños riendo, gente amándose, luz en los ojos, sonrisas espontáneas y en ese momento como estar de pie en el límite de tu vida, la presencia precede la esencia. Alimentas tu alma con tus pensamientos, eres lo que soñaste, y cuando parece una pesadilla es como cuando aparece las notas de la canción que no terminar por entender, las notas que para ti jamás encajaran porque representa lo que dices con ahínco eliminar.    Respirar el aire de la vida y de la muerte.    Estar en constante contacto con la tierra.    Amarse sin prejuicios.    Llenarse de señalamientos.    Buscar tus respuestas, porque tod

Desprenderse.

Desprenderse para no sufrir.   El apego constante a cosas que a la larga no son de uno. El apego a personas, situaciones, actuaciones, y sobre todo sentimientos que terminan sepultándonos en el sufrimiento. Uno de los principios de algunas religiones es el dirigirse, concentrarse en hallar el nirvana que, por supuesto no es un lugar, si no un estado de la persona, un estado de desapego a lo mundano, a una vida fingida, engañosa que sin muchos adornos lo llevará al dolor. Enfrentar como ejemplo una pérdida… Es normal sentir dolor, vivir el dolor, lo que no está bien es acostumbrarse a él y suponer que no puedes surgir después de aquel tropiezo... Y que tal no fuéramos capaces de levantarnos, que tal no contáramos con la fuerza, la energía, con la voluntad suficiente para sobreponernos ante la adversidad, revertirse de valor y luchar con humildad debería ser consigna. Debemos recordar con cierta regularidad cual es nuestro objetivo en la vida, o por lo menos cuál es ese propósito t

Amarse.

Cuando estaba en estado de gravidez a pesar de las múltiples complicaciones y la complejidad del momento   intenté mantener la tranquilidad, pensaba en aquel pequeño ser, me enfocaba en todo lo que no podía expresar que indudablemente se terminaría imprimiendo en su ser. Lloré demasiado, y en los primeros meses mi hija no hacía otra cosa que suspirar, señalamiento suficiente que a falta de palabras me mostró cuán equivocada estaba. Pensar en el pasado nos trae inevitablemente recuerdos, personas y situaciones que no merecen un desgaste de energía, pensar en el futuro nos trae dudas e interrogantes, por eso el presente es nuestra mejor arma para vivir bien, proyectarse es algo muy diferente a vivir en un futuro que no ha llegado. El presente es el mejor carro. Se nos olvidó que es sacrificarnos desde el amor, Se nos olvidó resaltar la mejor emoción… La humildad. Somos un pueblo sin memoria, reincidente en errores. Se nos olvidó que significa reciclar emociones, nos cuesta entender q

Actualizar.

Actualizar sentimientos. La pérdida de alguien cercano, alguien que goza de nuestro amor, agradecimiento y admiración se convierte en un hecho doloroso, aún no hemos aprendido y sobre todo aceptado que la muerte es paralela a la vida, es el único estado que no se anuncia, que inmerso en el ambiente constante, y como diría un reconocido periodista: “Fue una llamada de Dios, no le contesté porque sabía que era una llamada por cobrar”, justamente pensar en lo maravilloso de la vida, nos hace reflexionar sobre una fugaz permanencia, porque todo deceso nos deja la ausencia definitiva del ser íntimamente. Así, debemos reconocer que lo más –inteligente es aceptarlo y tratar de vivir a plenitud, nadie a regresado para contar la experiencia, lo complejo de la situación son para quienes se   quedan con los recuerdos, lamentaciones, sus justificaciones, arrepentimientos, palabras no dichas, con abrazos y finales, y esa si es la decisión inteligente intentar vivir honestamente, que la muerte n

Un viernes cualquiera.

Un nombre, un señalamiento. Ese día querías una mano, ese día querías un abrazo, una palabra, un empujón en la cotidianidad, un respiro en medio de la multitud, un suspiro en medio de la podredumbre. Y… No lo encuentras, no estás, no das la cara, no vienes, no sirves, otra vez no estás. ¿Prefieres tu silencio, tus afanes, tus vicios, tus ocios, tus inclinaciones, tus, tus… Tus reclamos, tus reproches, tus molestias y es cuando nos preguntamos cómo exigir algo que no se da? Exigir calidad y entregar mediocridad, ¿tiempos a medias? Eso sí es… ¡Ridículo! Así son las cosas, pedimos cuando nos equivocamos, gritamos para evitar que nos señalen. Señalamos y olvidamos. Somos grandes personajes sin respuesta, interrogantes con patas. A la larga, poco nos importa, solo ignoramos… Mientras nuestro mundo fantástico no se vea afectado lo más mínimo lo demás seguramente nos parecerá que no cuenta con la suficiente importancia para hacerla valer, y otra vez nos perdemos de lo importante por and

Celos.

H ablemos de esto como   si estuviéramos yendo sentados o de pie (como sea el caso) en el transporte público, (preferiblemente no hora pico), después de un día agotador a casa, aún mejor un trayecto largo hacia lo que más quieres. Es ir viendo a través de la ventana, es ir observando cuanta cosa se nos pueda ocurrir, ese sin fin de detalles que se vuelven familiares, otros solo se perciben a diario y luego vuelven a desaparecer pero lo terminamos recordando. Ahora, podemos referirnos   a los celos exclusivamente, producto del amor (desamor), es bien cierto que somos susceptibles, a cualquier cambio, somos como raza latina de sentir vibrante, emotivos, sensibles, sentimentales, somos una raza dada a la sutileza que aquello pueda resultar, pero cuando hacemos referencia de personas apasionadas de la mano vienen ligados aquellos sentimientos que como el amor o hasta el mismo odio nos muestran lo maravilloso que nos hacen percibir   y sentir el mundo. Los celos, es una mezcla extraña