EL DINERO NO ES LA FELICIDAD… Pero, Como se le parece!
En un mundo como
se nos presenta en la actualidad tan desigual, con diferencias tan abismales,
en un país como el nuestro que se evidencia día tras día un señalamiento a las
clases sociales, somos etiquetados bajo un estrato social, donde la etiqueta
“rico” no define a la persona como educada, respetuosa y solidaria y el estrato
bajo el “pobre” como aquel mezquino ser tratando de surgir de las porquerizas.
Este tipo de
señalamientos nos hace pensar en el ser interior, en esa estrategia, para
actuar en el ahora sin depender de terceros, como este papel (o medio) que
posiblemente aguante todo.
El dinero con vergüenza,
pero sin poder negarlo representa para muchos una sintética felicidad, que
queramos o no puede llevarnos muchas veces a la verdadera felicidad.
Lo dijo cantando
la diva de divas Marilyn Monroe: “Los diamantes, los mejores amigos de las
mujeres” Y ¿Cómo negarlo? La verdad sea dicha.
Existen relaciones
que se les atribuye la fría moneda, como la independencia, cuando posees el
necesario para vivir como te dicta la moral, es indiscutible como las personas
se deciden por vivir siendo el reflejo de una ética. El dinero en un mundo
contaminado, con personas frágiles y emocionalmente inestables siempre se
direccionará bueno o malo a la obtención de poder.
Al parecer lo malo
no es el dinero, sino como toma papel protagónico en nuestra vida, siendo los
directores de orquesta. Se nos olvida darle su lugar, así nos preguntemos como
no hacerlo cuando cualquier actividad emprendida tiene como finalidad la
satisfacción de las necesidades básicas. Traducción y adquisición con dinero.
Es un error darle
la espalda a la felicidad es una bajeza creer que el dinero en si es a
felicidad. Algunos dicen: “plata llama plata”, y si lo pensamos mejor no es el
dinero sino la disposición de la persona, su actitud, su manera de pensar y
actuar, ese relacionarse con armonía es lo que hace que en el mundo de los
negocios por ejemplo le resulte de una u otra manera más fácil, surgir,
desenvolverse, trasmitir seguridad con éxito.
¡¿Muchos le dejan
sus días a la suerte… Suerte?! Que logren vivir en armonía, poniendo su cabeza
como animal salvaje o aquel control lo que a la larga determinará la tempestad
del pensamiento o la serenidad de las ideas. Importante recordar el objeto de
nuestra existencia, importante edificar siempre en el presente, el pasado no
está, se vivió, es una corriente de aire, esfumado en el ayer, atrás, no
dejarse hundir por la burbuja del pasado: El futuro… Ni el más verraco sabe
cómo será el mañana, así que meterse en la burbuja de la incertidumbre es casi
ridículo… Idóneo, vivir siempre como si fuera el último día.
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