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Soledad.

  La soledad la envolvió de manera decidida y ella la recibió como una opción más, en ese momento como la mejor opción. Ya era suficiente lidiar con los males que nos trae la edad, ya la vida ha pasado muy rápido para quedarse estancado en lo convencional. Vivió de manera decidida el amor, pero suficiente fue cuando su compañero de vida partió, aunque la alegría de estar aún cerca de él era un motivador paradójicamente de vida, un motivador desde la muerte. Así, que no era difícil suponer que las cosas no pasan por casualidad y todo estaba surgiendo, aunque de manera inesperada como ella realmente quiso. Tranquilidad en un lugar que realmente sabia que nadie vendría a importunar, las personas no suelen frecuentar lugares que temen, que sienten como abandonados. La gente se asquea, no interviene, se restringe, se hace a un lado y era justamente lo que ella estaba buscando en ese momento. Un bálsamo de tranquilidad ante lo inminente, ella esperaba que durara poco, que no fuera tan desola
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Es o no ficción.

  “Los talibanes les dicen a las mujeres afganas que no salgan de casa a trabajar porque los soldados ‘no están entrenados` para respetarlas”  Volvimos a la barbarie, a la incertidumbre, pero… ¿qué pasa por la mente hoy de una afgana? Sin lugar a duda miedo, devastador, desolador, conmovedor e impactante miedo. Los días se hacen eternos al ver que de repente la cotidianidad se apagó, y que ni siquiera son dueñas de decisiones básicas que para nosotras las de “occidente” aunque también cruzamos por situaciones similares no tenemos autoridad para poder comparar. Aunque, si lo pensamos bien, ni lo sabemos porque cada día es una deslumbrante ráfaga contra la realidad. Y sí, esto parece una historia de ficción, así no lo sea. Parece que la realidad una vez más supera toda ficción, que los guionistas de este cuento se quedaron cortos al relatar una historia que no fuera hoy desoladora. Hoy, mañana… Porque tal vez, tal vez ya no existamos, no exista el mundo como lo conocemos hoy. ¿Acaso no l

Nació la Esperanza.

  Mundial México 86’ todo algarabía y gozo, donde los días eran simples y sencillos. Ella, llevaba dos días en trabajo de parto y nadie parecía importarle, realmente nada importaba más que tener la posibilidad de ver en compañía de los amigos el futbol. Y es que era realmente interesante como se fundía la esperanza de todo un pueblo porque eran años de gloria para aquellos seres que creíamos héroes en un país con la guerra recrudecida, es que estábamos todos con un vacío extraño, de un pueblo que el terror era la insignia. Entonces, ella seguía paseándose de pasillo en pasillo esperando la cesárea, porque ya no había muchas esperanzas que el parto se diera de manera natural; fue entonces cuando ella se encontró con otra de las pacientes en el hospital, vaya sorpresa le dijo que era partera; pero que no podía decir mucho de su oficio ya que no era considerado como un trabajo con sustento científico, nunca había recibido conocimientos de ellos, más que la herencia de la familia. Generaci

Parar.

  Cuando lo pequeño es pequeño, pero el sentimiento es grande, todo cambia. Cuando el alma solloza en un día nublado es complejo. Se complica lo que significa una canción, se complica lo sencillo; se complica lo que simplemente no se debería complicar. Pero, es que somos expertos en importunar nuestro espíritu con banalidades que desgastan la mente. Nuestra energía pura es vital para sobrevivir en este mundo de complicaciones, complejidades expuestas por nuestra creciente necesidad de encontrar lo que ya tenemos en la mano, por lo general paz y felicidad. Cierto es, que si no somos generadores de estás dos cosas muy seguramente los días se desvanecerán en carrera maratónica… ¡Todo! Aunque, eso a nadie parece importarle, debe ser traumático sentir lo que nadie siente y querer expresarlo sin poder realizarlo usando ni palabras u acciones adecuadas. Es que solemos ser tan torpes que la creciente luminosidad de nuestros pensamientos nos deja en callejones oscuros casi siempre, al finalizar

La ilusión de la juventud.

  Hoy, amaneció siendo diferente. Me desperté con varios propósitos, pero, particularmente al llegar al colegio y ver al niño que me gustaba se me revolvieron las mariposas en mi estómago y es que para transcurrir la década de los noventa (aunque ha sido de siempre) los amores platónicos, siempre han sido un reto. A parte de gustarme, era mi mejor amigo. Lo típico, realmente lo típico. Como no sentir algo por aquel ser que ante mis ojos no solo era hermoso por fuera, si no que tenía unos sentimientos realmente cálidos y me demostraba todos los días confianza, respeto, cariño, demostraciones que, por supuesto yo no pedía, pero que él quería brindarme por el simple hecho de ser su amiga. Aunque entender, que me estaba enamorando no era tan clara, no era tan diciente, porque al inicio el compartir situaciones particulares del día a día no nos relacionaba más allá. Pero, cuando el tiempo pasa, cuando los días pasan y sigues fortaleciendo aquellos lazos, es difícil no empezar a sentir emoci

Mis señalamientos.

  ¿A la gente no le da vergüenza creer en el horóscopo? Me dirán que no soy quien, para señalar a nadie, pero como me encantaría decirle a alguien a quién creo un impedido, exactamente eso: Impedido mental. Aunque hoy, estaba pensando en el lenguaje y en lo que se ha convertido lo que llaman el lenguaje inclusivo. Son como vegetarianos con condiciones y restricciones. Impedidos. O los de la música, soy prejuiciosa y me gusta ocultarlo, porque no quiero compartir esto que estoy sintiendo con un montón de sí, impedidos. Tal cual, como yo. Además, intenté ocultar lo que estaba pensando está vez, es que no es fácil creer que la gente dice tantas cosas estúpidas como ráfagas en donde ninguno se quiere contradecir, en donde parece que la falta de información es el mejor camino para ser feliz, el de ignorar. Todos nos contradecimos, decimos que somos unos, hacemos otra, realmente no sé qué hago aquí, viendo pasar en contradicción como una novela barata. Y como no es suficiente ya, el gordo qu

El hastío o el asco.

  Sentir hastío es fácil, hastío por lo que me imagino, en ocasiones por lo que me pasa y otras por lo demás. Suelo dejarme afectar, toda mi vida he dicho que no tengo nada; que soy feliz. Siempre he pasado de engañar a engañarme, una y otra vez. En ocasiones, no siento nada, no quiero nada, la vida se envuelve en la misma sinfonía. No sé qué pensar, no sé qué y en quién creer. No creo en mí, en mis elecciones, en las posibles consecuencias de mis actos. No quiero nada, no espero nada… Me abruma la soledad, me molesta el ruido, pero también el silencio y es que las voces en mi cabeza no dejan de decir cosas; cosas no muy agradables, se desdibujan todo el tiempo siluetas que me invitan a morir, a dejar de respirar, a no querer estar, a despreciar la compañía de otros, a dudar de sus intenciones. Siento, que lo logra en muchas ocasiones. Tanto que culpo a todos, ¿por qué debo ser responsable? Este cansancio fatuo son unas acciones sin concluir que me afectan, ¿ellos saben que me afecta?