La soledad la envolvió de manera decidida y ella la recibió como una opción más, en ese momento como la mejor opción. Ya era suficiente lidiar con los males que nos trae la edad, ya la vida ha pasado muy rápido para quedarse estancado en lo convencional. Vivió de manera decidida el amor, pero suficiente fue cuando su compañero de vida partió, aunque la alegría de estar aún cerca de él era un motivador paradójicamente de vida, un motivador desde la muerte. Así, que no era difícil suponer que las cosas no pasan por casualidad y todo estaba surgiendo, aunque de manera inesperada como ella realmente quiso. Tranquilidad en un lugar que realmente sabia que nadie vendría a importunar, las personas no suelen frecuentar lugares que temen, que sienten como abandonados. La gente se asquea, no interviene, se restringe, se hace a un lado y era justamente lo que ella estaba buscando en ese momento. Un bálsamo de tranquilidad ante lo inminente, ella esperaba que durara poco, que no fuera tan desola
“Los talibanes les dicen a las mujeres afganas que no salgan de casa a trabajar porque los soldados ‘no están entrenados` para respetarlas” Volvimos a la barbarie, a la incertidumbre, pero… ¿qué pasa por la mente hoy de una afgana? Sin lugar a duda miedo, devastador, desolador, conmovedor e impactante miedo. Los días se hacen eternos al ver que de repente la cotidianidad se apagó, y que ni siquiera son dueñas de decisiones básicas que para nosotras las de “occidente” aunque también cruzamos por situaciones similares no tenemos autoridad para poder comparar. Aunque, si lo pensamos bien, ni lo sabemos porque cada día es una deslumbrante ráfaga contra la realidad. Y sí, esto parece una historia de ficción, así no lo sea. Parece que la realidad una vez más supera toda ficción, que los guionistas de este cuento se quedaron cortos al relatar una historia que no fuera hoy desoladora. Hoy, mañana… Porque tal vez, tal vez ya no existamos, no exista el mundo como lo conocemos hoy. ¿Acaso no l