Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2012

Los nuevos inicios.

Siempre estamos comenzando algo, siempre… Y no hay nada más difícil, desprendernos de nuestra cotidianidad y porque no a la comodidad para enfrentarnos a lo desconocido  y más cuando los recuerdos nos persiguen en la retina. Con el rabito del ojo estamos sosteniendo ese contacto. Pensamos en que debemos desprendernos y nos cuesta. Casi siempre se termina dando porque es una necesidad, ante nuestra estabilidad ya sea emocional, física y espiritual, pero a veces sucede por capricho; como dirían las abuelas: “La buena vida cansa y la mala amansa”, porque siempre estamos pidiendo más, inconformes con la hora de trabajo, con la comida, con el salario, con las relaciones en la familia, cuando al final es un auto engaño, creer que todo y todos tienen un porcentaje en ese complot que nos armamos en la cabeza cuando el único culpable es… Usted mismo. Como culpar a otros de las malas acciones, es como las religiones, usted no necesita –convertirse- para ser un buen “cristiano”, esa buena perso

... Esa enfermedad.

Hablemos de esto como si estuviéramos yendo sentados o de pie (como sea el caso) en el transporte público, (preferiblemente no hora pico), después de un día agotador a casa, aún mejor un trayecto largo hacia lo que más quieres. Es ir viendo a través de la ventana, es ir observando cuanta cosa se nos pueda ocurrir, ese sin fin de detalles que se vuelven familiares, otros solo se perciben a diario y luego vuelven a desaparecer, pero lo terminamos recordando. Ahora, podemos referirnos  a los celos exclusivamente, producto del amor (desamor), es bien cierto que somos susceptibles, a cualquier cambio, somos como raza latina de sentir vibrante, emotivos, sensibles, sentimentales, somos una raza dada a la sutileza que aquello pueda resultar, pero cuando hacemos referencia de personas apasionadas de la mano vienen ligados aquellos sentimientos que como el amor o hasta el mismo odio nos muestran lo maravilloso que nos hacen percibir  y sentir el mundo. Los celos, es una mezcla extraña entre r

EL DINERO NO ES LA FELICIDAD… Pero, Como se le parece!

En un mundo como se nos presenta en la actualidad tan desigual, con diferencias tan abismales, en un país como el nuestro que se evidencia día tras día un señalamiento a las clases sociales, somos etiquetados bajo un estrato social, donde la etiqueta “rico” no define a la persona como educada, respetuosa y solidaria y el estrato bajo el “pobre” como aquél mezquino ser tratando de surgir de las porquerizas. Este tipo de señalamientos nos hace pensar en el ser interior, en esa estrategia, para actuar en el ahora sin depender de terceros, como este papel (o medio) que posiblemente aguante todo. El dinero con vergüenza pero sin poder negarlo representa para muchos una sintética felicidad, que queramos o no puede llevarnos muchas veces a la verdadera felicidad. LO dijo cantantado la diva de divas Marilyn Monroe: “Los diamantes, los mejores amigos de las mujeres” Y ¿Cómo negarlo? La verdad sea dicha. Existen relaciones que se les atribuye   la fría moneda, como la independencia,

Que pensaría.

Él se casa pensando, guardando la expectativa que la mujer algún día cambiará. Ella se casa pensando que él jamás cambiará… Que no se parecerá a la suegra, que cocinará y lo atenderá como la mamá, que será su cómplice como su mejor amigo, que lo excusará y dirá mentiras como su hermano y en general tendrá una etiqueta en la frente comprensiva y 100% disponible. Ella, que esa amorosa criatura será igual de consentidor al padre, igual de protector que los hermanos mayores, igual de dulce, dará consejos, satisfacer cualquier antojo, caminará de la mano enseñándole ver la vida de la manera más fuerte, pero igual en proporción delicada como su madre, y la apoyará y de vez en vez la incitará a mantener siempre su independencia como su mejor amiga. En conclusión: “Los matrimonios como los submarinos pueden flotar, pero están diseñados para hundirse”.

Solo un chiste...

Si quieres saber que tiene un hombre por dentro, toca tratarlos como galletas de la fortuna… Aplastarlos y hacerlos añicos. Y antes que parezca ultra feminista puedo mencionar, no sé puede negar lo innegable, cuando el individuo se encuentra en su momento más crítico es el justo instante en que el que puede revaluar exactamente sus prioridades. O sale a correr como vil cobarde o enfrenta sus inconvenientes. Opciones que se debaten entre hacer y parecer. Un verdadero imbécil, o como se dice coloquialmente saca y hace valer su casta. Señalar no es opción para nadie pero la ley de compensación es directa e implacable. Para calmar ánimos un chiste fino y muy “kiut”: “Una arepa quería ser astronauta y se metió a la masa”.