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Mostrando entradas de 2020

Engañar... Nos.

Solemos engañarnos, nuestra mente nos engaña, pero ella por lo general no actúa sola. ¡SÍ! Es avalada totalmente por nuestras expectativas, es retada por nuestros miedos y es amedrentada por nuestro valor. Pero, engañar es convertido en un arte por algunos… No es fácil entender la complejidad del engaño y ser presa de ello. Muchas veces pasamos de engañar a ser engañados; y es que la delgada línea de entender lo correcto, lo moral; cuando no sabemos a ciencia cierta realmente qué es cada cosa y qué significado tiene para cada uno. Lo correctamente moral no es lo mismo para todos; porque tenemos un mundo de distracción diferente. Percibimos el mundo de manera disímil y es realmente lo que nos hace pensar que podemos engañar sin que los otros reparen en ello. Porque a la larga, nadie más vive en un mundo de fantasía que el que vive señalando lo que no existe, los demás somos espectadores ocasionales. Lo complejo viene cuando se meten en nuestro mundo fantasioso y perdemos el control, e

La sonrisa, impacta.

  ¿Qué hay detrás de cualquier sonrisa? ¿Se lo han preguntado? Yo sí… A veces sin respuestas aparentes más allá de lo que mi imaginación me sugiere. Por lo general, siempre intuye que son rebrotes de recuerdos; es lo que nos mantiene caminando en direcciones trazadas con antelación. Y aunque la casualidad es un buen peldaño y escudero no podemos desconocer quienes son los artífices de cada situación que nos pueda pasar en nuestra corta existencia. Aunque jamás queramos reconocer todo lo planeamos, los amores no son casualidades y lo que surge de ello. Los sentimientos son punzadas conocidas y aventurarnos directamente a ellas es una decisión precisa y voluntaria, así busquemos justificarlas. Somos presa fácil de decisiones, decisiones que no son siempre tomadas pensadas en otros. Nuestra naturaleza nos sugiere egoísmo y una indagación constante que insinúa protegernos. Nos equivocamos y nos cuesta responder por nuestros actos, más cuando estas dejan huella y marca en las personas… Vi

La maternidad.

Feliz día... A mí. Y a las que como yo sabemos que la maternidad no es tan bonita como un día de la madre muestra. No es fácil entender una maternidad cuando llega a corta edad por la circunstancia que sea, (a la larga eso a nadie le importa); una maternidad cuándo debe asumirse con madurez sin tenerla, con responsabilidad cuando te dejaron sola, con amor cuando demostraron lo contrario. Ojalá ser mamá fuera tan bonito como los comerciales muestra, ojalá dejara la satisfacción que dice dejar, ojalá a veces no nos desarmara porque creemos fallar, ojalá no tuviéramos remordimientos de culpa porque creímos actuar de manera errada. Hablo desde mi percepción personal, a la larga es la única que conozco... Y realmente le digo a la mujer que dice no querer tener hijos, manténgase en su posición y no solo por comodidad si no por su salud en todos los sentidos. Desde que un hijo nace, una mujer jamás dejará de sentir el vínculo con esa persona; y no es tan chévere como muestran, como hijos sa

Disfruta el camino que es eterno y no la meta que es fugaz. G. Cano.

 Después de culminado un viaje… No hay más. Son consideraciones que me hacen reflexionar lo importante que significa estar, podemos conseguir cosas, acumular riqueza, engañar a las personas que tenemos cerca; pero… ¿Realmente sabemos que es estar? ¿Compartir un vínculo a través del tiempo que signifique ponernos al servicio de alguien más? Algo así, como ser padres… No existirá jamás una herida más profunda que la ausencia. Por ello, es que el camino así se encuentre lleno de tropiezos al final generará de una u otra manera felicidad, esa que sale del alma. Así, que tenemos que aprender a ser gente; para finalmente entender que ser “gente” no tiene nada que ver con un apellido, o la ubicación donde resides, para mí es practicar de manera consciente las virtudes y poder gozarlo. Todo se cumple frente a una decisión personal. Estar, es una decisión personal.      

Promesas que jamás se cumplieron.

En alguna ocasión nos han prometido algo que jamás se cumplió. Y nos preguntamos sobre el impacto de esta sobre nuestra confianza y en la manera en como veremos a esas personas más adelante; si hacemos alusión: “En la boca de un mentiroso, lo cierto se hace dudoso” podemos señalar de manera enfática que indudablemente una grieta surgió, siendo inevitable pensar que se puede volver a presentar. Entonces, ocurre otra pregunta; ¿en qué medida puedo pensar que las promesas son de mayor o menor valor para mí? Sin dudarlo podemos relacionarlo con la persona que haya hecho dicha promesa. Es sencillo, si la persona que nos incumplió la promesa no fuera importante en nuestras vidas simplemente se entendería como un olvido y no sería relevante. Pero, el apego emocional, lo que procede al juego de los sentimientos sobre la mera racionalidad cuando no se tiene manejo total de los mismos nos hará presa fácil de entenderlo como una ofensa o la carencia misma del respeto y una astilla a la confianza.