Engañar... Nos.
Solemos
engañarnos, nuestra mente nos engaña, pero ella por lo general no actúa sola.
¡SÍ! Es avalada totalmente por nuestras expectativas, es retada por nuestros
miedos y es amedrentada por nuestro valor.
Pero, engañar es
convertido en un arte por algunos… No es fácil entender la complejidad del
engaño y ser presa de ello. Muchas veces pasamos de engañar a ser engañados; y
es que la delgada línea de entender lo correcto, lo moral; cuando no sabemos a
ciencia cierta realmente qué es cada cosa y qué significado tiene para cada
uno. Lo correctamente moral no es lo mismo para todos; porque tenemos un mundo
de distracción diferente. Percibimos el mundo de manera disímil y es realmente
lo que nos hace pensar que podemos engañar sin que los otros reparen en ello.
Porque a la larga, nadie más vive en un mundo de fantasía que el que vive
señalando lo que no existe, los demás somos espectadores ocasionales. Lo
complejo viene cuando se meten en nuestro mundo fantasioso y perdemos el
control, es cuando identificamos lo que resulta ser correcto para nosotros y
por supuesto no es acordé a lo prometido. Y viene otro tema interesante, pero
sentirse engañado es relevante cuando se rompen las promesas, o se desdibuja el
alguien que teníamos al otro lado de la retina… Y gravísimo aún, cuando nos
hace desdibujar el yo. Yo no soy profesional en ningún tema psicoanalítico y/o
similares; ni más faltaba… Respeto por las profesionales relacionadas. Son solo
ideas que me surgen cualquier tarde tomando café y discutiendo con algún
proveedor de TI por algún ANS.
Pero… ¿A qué iba?
Creo que nada, un salpicón de palabras que posiblemente a nadie lleve ni a
reflexionar, pero a mí me sirve, a personas como yo… Que hablamos hasta por los
codos, que salen letreros, lo curioso: Hablo sola. Son esas ideas esporádicas
que aparecen en la ducha, mientras se lava la loza… Pero, pensando el cómo
ideamos un mundo para no ser atropellados por las opciones que creemos
importantes. Y hoy, supe que lo único significativo es no vulnerar con nuestras
palabras, mucho menos con nuestras acciones ningún ser. Y eso, no es nada
simple.
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