Eso nos pasa, por... Indios!
Por indios, pero
en sí por creernos de mejor familia y olvidar nuestras raíces, por olvidar
quienes somos, que proyectamos, que nos inculcaron nuestra cultura,
religión, a los que después de viejos se sienten notoriamente más orgullosos de
mostrar una foto al lado de algún monumento... Eso sí, al otro lado del charco
pero que hasta miedo le da pisar algún barrio que no está donde el estrato y su
imaginación se lo permite, porque existen lugares maravillosos, ¡pero donde
está la chusma que por supuesto debería existir un hoyo negro o un abismo...
Abismal!
¿Después con cara
de a mí no me dijeron y ese trabajo era para hoy? Porque nos tratan como si aún
anduviéramos en taparrabos, cuando se toca algún tema y lo señalan
pensando que a ese lo bajaron con espejo del monte y lo peor no es el de afuera
que nos trata así (ese ni nos trata) somos nosotros mismos
que creyéndonos con títulos y/o medallas señalamos,
crucificamos al desconocido y un poco más al conocido. Nos pisotean y tenemos
un sello en la frente que dice: "victimízate", pero no advierten que
jamás ha sido noticia, ni solución. Que mientras nos echamos zancadilla entre
vecinos, otros más ventajosos nos forman la delantera y poco a poco se nos van
llevando lo que siempre creímos nuestro y peor aun lo que creímos
seguro.
Bien dice una
frase de un humorista: "El vive del bobo y el bobo..." Nada más
tremendo, es más... Nada más tremendamente cierto.
Quién reconoce que
aún en nuestro actuar, y manera de desenvolvernos con personas, animales y
otros somos unos verdaderos - indios.
Aunque si
lo fuéramos porque ya dijimos que se nos olvidó la cosa
seria diferente, el indio respeta toda-cosa que se mueva y que no. Reconocer lo
que somos y apropiarnos de ello haría la diferencia, apropiarse de los
problemas personales, familiares, de una sociedad que hoy más que enferma
mental que nunca se le olvido ser indios decentes, indios que defienden una
lengua, una tradición, indios que dan su vida por su tierra, indios que de
forma inteligente reconocen y le dan valor desde la individualidad y el respeto
al otro. El indio que enamora con miradas y palabras.
Los encantos
naturales de los indios que fuimos.
La cruzada por
recuperarnos... Por qué no, el indio que llevamos dentro.
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