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Ira.

La ira nos empuja a accionar sin pensar, a hacer cosas que después pesan, que lastiman, a decir palabras que quedan en el ambiente y en la piel. Y es que es un impulso que muy pocos sabemos controlar o más bien manejar. Pero ¿Cuánto nos han dicho de ello? Escuché a mi psicólogo y me puso a trabajar en STOP . S - Stop: Detente, no actúes todavía. T – Take a breath: Respira y vuelve a tu cuerpo. O – Observe: Nota lo que sientes, piensas y lo que está pasando a tu alrededor. P – Proceed: Actúa solo cuando la emoción haya bajado y puedas responder desde la calma. Porque definitivamente no se trata de reprimir la ira, más bien de contener ese fuego por lo menos por el tiempo suficiente para que no alcance y queme a quienes amamos. Besos, Y.

Decidir.

Después de cierta edad, ya no podemos culpar a la infancia, al padre ausente, a la madre tóxica, a la escuela que no nos entendía. Eso explica mucho, pero no lo justifica todo. Llega un punto en el que ya no somos producto del medio ambiente, somos producto de nuestras elecciones. Entonces, es difícil mirar al espejo. La vida pide, exige valor para sanar, para reconstruirse, para ser la persona que nunca te enseñaron a ser. O eliges si sigues siendo rehén de lo que te lastimó o decides escribir una nueva historia. El dolor no sé le evita. Pero el destino, Ah… Ese, el destino se puede reinventar cada día. Besos, Y.

Silencio.

 Es raro, hoy pensaba que hoy por hoy es inusual escuchar el sonido natural de las cosas… Parece que le tememos al silencio, y así vivimos huyéndole. Comemos viendo algo… Estamos dando un paseo por la naturaleza y estamos escuchando música… Mientras esperamos el transporte o en él, solemos revisar alguna red social… Huimos… La pregunta, ¿A qué? ¿Huimos al sonido de una casa vacía? ¿Al sonido natural de las cosas? ¿A los murmullos? ¿A la gente? ¿A las conversaciones que creemos “innecesarias”? Es momento de darle paso al real silencio, a ese que no será absoluto. La vida, siempre nos sonará a algo. Que bueno sería estar presente o por lo menos intentarlo. En algún punto tendremos que escuchar la vida como es, el reto será descubrir paz en el silencio de lo cotidiano.   Besos, Y.

Amor sano.

 Un amor sano no es algo que ya este, no es algo que ya se tenga, simplemente es algo que se va construyendo; y así mismo, no es para cualquiera, para aquellos que a sabiendas que canse, es para esos que aún así puedan mirarse, tengan la capacidad de escucha, aceptar que no siempre se tiene la razón, y que también se vale ver las cosas de manera diferente. Entender que construir no es fácil, se requiere tener la humildad de quién no se cree perfecto, dueño del otro y más que nada poseedor único de la verdad. Y aunque a veces, también es cuestión de suerte encontrarnos con el amor de frente, no es para cobardes que corren a la primera dificultad, no suele ser para los que buscan excusas, para los que se escudan en las dificultades de la vida, las dificultades y el dolor, que ¡Sorpresa! Todos tenemos. Jamás será para los que andan por la vida cansados, el amor sano es para los vivos, no para los que la vida los arrastra… Los zombies. Solo amamos de verdad a los libres y los que se ...

Comunicarse.

 Comunicarse no es fácil… Más cuando la persona que no se sabe comunicar supone que cada desacuerdo es definitivamente una discusión o una pelea, cuando se carece de responsabilidad vamos a tomar siempre cada comentario de retroalimentación como un ataque, cuando las personas no tienen conciencia o muy poca conciencia de si mismas tomarán cada límite como una traición. La mayoría de las veces los comportamientos de las personas son un espejo de su inhabilidad para poder confrontarse a sí mismos. Y no es un pecado no saber comunicarse, lo que debería ser un pecado es que terminen poniendo la responsabilidad en los demás y aún a sabiendas, con la conciencia que se debería trabajar, no sé haga. Y así, la culpa se come a la responsabilidad. No permitan que los miedos, las frustraciones, las relaciones fallidas sean la constante. Permítanse avanzar, permitirse comunicar lo que ahoga, aclarar la garganta y no vulnerar la fragilidad del otro. Todos, podemos decidir en algún mome...

Siempre cuestionarnos...

Hoy alguien dijo: “Ni siquiera se trata de tener o no responsabilidad afectiva, a veces es cuestión de tener dos neuronas funcionales y no actuar como un pendejo” Y aunque fue una frase entre chiste y chanza muy fuerte, empezar a debatir entorno a ella, y es que, a mi modo de ver, no se trata de suponer que el otro nos debe nada, el enfoque debería estar en ¿cuánto somos capaces de empatizar y actuar en consecuencia? Es que es fácil justificarse, es fácil decir al otro le falta trabajar en su ser, es increíblemente fácil señalar y poner responsabilidades en otros que son al final del camino consecuencias de nuestro comportamiento. Y pensemos en un ejemplo del día a día, las mujeres que no solemos estar acostumbradas a recibir nada de nadie, y pongámoslo en lo material, tarde o temprano volvemos al hombre tacaño, porque este va a entender que en efecto no lo necesitas (Ya sé, no todos son así…) Por eso, nos encontramos con tantas historias que parece que los uniera la falta de buen trat...

Superpoder.

Cuando preguntan qué superpoder quisiéramos tener, casi siempre hablan de volar, invulnerabilidad, fuerza sobrehumana, percepción extrasensorial, invisibilidad, precognición, teleportación y cambio de forma, y yo pensaba que ojalá me fuera concedido el de: Reconocer y responder de manera coherente al daño que he recibido, sea cual sea ese daño… Emocional, físico, psíquico, psicológico. Definitivamente solemos carecer de la capacidad para identificar de manera clara cuando nos sentimos heridos, comprender el universo que se desprende de ello, validar esos sentimientos, y lo más importante adoptar las medidas necesarias y suficientes que den como punto más alto dar una respuesta saludable, que se encuentre alineada con mis emociones y mis valores personales. La verdad, es que poco se habla de tenernos autocompasión, porque sería visto como una muestra inmediata de vulnerabilidad, lo importante aquí es reconocer y validarnos, literalmente no ser nuestros propios haters. Ante situaciones d...