Superpoder.
Cuando
preguntan qué superpoder quisiéramos tener, casi siempre hablan de volar,
invulnerabilidad, fuerza sobrehumana, percepción extrasensorial, invisibilidad,
precognición, teleportación y cambio de forma, y yo pensaba que ojalá me fuera concedido el de:
Reconocer y responder de manera coherente al daño que he recibido, sea cual sea
ese daño… Emocional, físico, psíquico, psicológico.
Definitivamente
solemos carecer de la capacidad para identificar de manera clara cuando nos
sentimos heridos, comprender el universo que se desprende de ello, validar esos
sentimientos, y lo más importante adoptar las medidas necesarias y suficientes
que den como punto más alto dar una respuesta saludable, que se encuentre
alineada con mis emociones y mis valores personales.
La
verdad, es que poco se habla de tenernos autocompasión, porque sería visto como
una muestra inmediata de vulnerabilidad, lo importante aquí es reconocer y
validarnos, literalmente no ser nuestros propios haters.
Ante
situaciones desesperadas, muchas veces salidas desesperadas, y no está mal
recordar que en ocasiones actuar en congruencia con el daño que podamos recibir
implicará confrontaciones, implicará conversaciones incómodas, implicará vernos
cara a cara con lo que nos causa el dolor, pero, también implicará no enfrentarnos
a él de manera inmediata, implicará darnos un tiempo, implicará para entender y
pensar en la mejor decisión en donde te puedas sentir seguro, y más que nada
respetado.
Te
preguntas, ¿Qué superpoder quisieras tú?
Besos.
Y.
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