¡Atrás!

Pensar en tu presencia me confunde, Pensar en tu sonrisa me molesta, Tenerte cerca me perturba, Siento que te odio, que te odio más que la Palabra olvidada y el sueño destruido. Pero tan merecedor de aquel odio. Qué compasión siento hacia ti ser básico pobre mentes de ilusiones, imaginación destruida por ocasos ruines. Tú paso lúgubre transporta a caminos sin retorno, Por suerte no recorremos los mismos caminos... Solo nos divisamos de lejos Y escalofríos nos recorren Solo pensamos en obtener lo que queremos, pero resultamos obteniendo mil cosas sin ni siquiera añorarlas Espero escribir un fin definitivo a este odio sin aportes, a este odio prejuicioso y molesto, no te enseño el sendero, quisiera saber si la luz de la mañana al menos te alcanza para divisarlo. Ya se nos agotó el tiempo del retorno pobres almas doloridas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Parar.

Soledad.

Mis señalamientos.