"¿Quién soy?", murmuró para sí misma. "¿Qué soy?" Y de pronto recordó que estaba dejando un mundo tras de sí.
Henry Miller.
Realidad!!
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Si nos volvemos hacia una realidad más grande, es una mujer quien nos tendrá que enseñar el camino. La hegemonía del macho ha llegado a su fin. Ha perdido contacto con la tierra.
Es raro, hoy pensaba que hoy por hoy es inusual escuchar el sonido natural de las cosas… Parece que le tememos al silencio, y así vivimos huyéndole. Comemos viendo algo… Estamos dando un paseo por la naturaleza y estamos escuchando música… Mientras esperamos el transporte o en él, solemos revisar alguna red social… Huimos… La pregunta, ¿A qué? ¿Huimos al sonido de una casa vacía? ¿Al sonido natural de las cosas? ¿A los murmullos? ¿A la gente? ¿A las conversaciones que creemos “innecesarias”? Es momento de darle paso al real silencio, a ese que no será absoluto. La vida, siempre nos sonará a algo. Que bueno sería estar presente o por lo menos intentarlo. En algún punto tendremos que escuchar la vida como es, el reto será descubrir paz en el silencio de lo cotidiano. Besos, Y.
Comunicarse no es fácil… Más cuando la persona que no se sabe comunicar supone que cada desacuerdo es definitivamente una discusión o una pelea, cuando se carece de responsabilidad vamos a tomar siempre cada comentario de retroalimentación como un ataque, cuando las personas no tienen conciencia o muy poca conciencia de si mismas tomarán cada límite como una traición. La mayoría de las veces los comportamientos de las personas son un espejo de su inhabilidad para poder confrontarse a sí mismos. Y no es un pecado no saber comunicarse, lo que debería ser un pecado es que terminen poniendo la responsabilidad en los demás y aún a sabiendas, con la conciencia que se debería trabajar, no sé haga. Y así, la culpa se come a la responsabilidad. No permitan que los miedos, las frustraciones, las relaciones fallidas sean la constante. Permítanse avanzar, permitirse comunicar lo que ahoga, aclarar la garganta y no vulnerar la fragilidad del otro. Todos, podemos decidir en algún mome...
Hoy alguien dijo: “Ni siquiera se trata de tener o no responsabilidad afectiva, a veces es cuestión de tener dos neuronas funcionales y no actuar como un pendejo” Y aunque fue una frase entre chiste y chanza muy fuerte, empezar a debatir entorno a ella, y es que, a mi modo de ver, no se trata de suponer que el otro nos debe nada, el enfoque debería estar en ¿cuánto somos capaces de empatizar y actuar en consecuencia? Es que es fácil justificarse, es fácil decir al otro le falta trabajar en su ser, es increíblemente fácil señalar y poner responsabilidades en otros que son al final del camino consecuencias de nuestro comportamiento. Y pensemos en un ejemplo del día a día, las mujeres que no solemos estar acostumbradas a recibir nada de nadie, y pongámoslo en lo material, tarde o temprano volvemos al hombre tacaño, porque este va a entender que en efecto no lo necesitas (Ya sé, no todos son así…) Por eso, nos encontramos con tantas historias que parece que los uniera la falta de buen trat...
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